La vicepresidenta 1° de la Cámara dijo que la camporista Stefanía Cora no debería asumir ya en lugar del senador expulsado tras ser detenido en Paraguay con 200 mil dólares. En Infobae, habló sobre el primer año de Milei, la interna con Villarruel, la UCR y su proyecto que agrava las penas para falsas denuncias de violencia de género
“La banca tiene que quedar vacante hasta que la Justicia se expida. No creo que sea correcto tomarle juramento a una potencial senadora kirchnerista en este contexto. Yo, como vicepresidenta del Senado, no me voy a prestar a eso”. Con esa declaración contundente, la senadora nacional Carolina Losada (UCR) fijó su postura respecto a la expulsión de Edgardo Kueider, quien está preso en Paraguay por llevar más de 200 mil dólares sin declarar. La Cámara alta expulsó el jueves al dirigente peronista entrerriano, en una votación que se resolvió por amplia mayoría, pero que dejó varias controversias.
En una entrevista en los estudios de Infobae, la legisladora santafesina no solo abordó los ecos del caso Kueider, sino que también opinó sobre el primer año de gobierno de Javier Milei, el rol de la oposición radical, su proyecto para endurecer penas en casos de falsas denuncias vinculadas a violencia de género o cuando se utilicen menores de edad, y sobre Santa Fe, apoyó al gobernador Maximiliano Pullaro y su proyecto de reforma constitucional, que incluye la habilitación de la reelección.
“El radicalismo está acompañando al gobierno de Milei cuando las decisiones son correctas”, sostuvo, destacando que su partido es una “oposición responsable”. Sobre las internas entre Milei y su vicepresidenta Victoria Villarruel, fue categórica: “Esas cosas hay que resolverlas puertas adentro”. Y respecto del jefe de Estado reconoció: “Somos amigos. No me pongo ninguna peluca de nada, pero si hay algo que está bien del Gobierno ¿por qué no lo voy a apoyar?”.
La entrevista a Carolina Losada
0 seconds of 49 minutes, 38 secondsVolume 0%La senadora Carolina Losada, en los estudios de Infobae
– El Senado tomó la decisión de excluir a Edgardo Kueider después de la detención escandalosa en Paraguay. Le pido una reflexión sobre la sesión y todo lo que hubo alrededor de la expulsión.
– Lo que pasó en el Senado fue un momento tenso para nosotros y para todos. Por lo menos en el bloque radical estábamos con posiciones divididas respecto de lo que había que hacer. Algunos pensaban que lo correcto era la expulsión, pero yo era más de pensar en la suspensión sin goce de haberes, por supuesto, hasta que se expida la Justicia.
No encontrábamos posiciones unánimes, pero cuando llegó el pedido de Arroyo Salgado -que fue en esa misma mañana- nos hizo reflexionar a los que pensábamos en la suspensión, en la posibilidad de una expulsión. Cuando vimos el pedido de Arroyo Salgado del desafuero y que constaba que podía tener conexión incluso con ese dinero que se sacaba del país, realmente nos pareció que la decisión política tenía que ser la expulsión.
Después siempre está la instancia de la Justicia a la que Kueider accedió, pero me parece que lo que la sociedad está pidiendo hoy es Ficha Limpia, es transparencia y la decisión política nuestra -y pongo el acento en “decisión política”, porque no es una decisión que tenga que ver con la Justicia- creo que es la correcta.Carolina Losada, en la sesión del jueves pasado, que terminó con la expulsión de Edgardo Kueider de la Cámara
– Está el caso de Kueider, que fue un caso en flagrancia, y está también el caso de Cristian Ritondo, un diputado al que la Justicia le investiga si tiene propiedades sin declarar en el exterior. ¿Qué está pasando en la política que aparecen estos casos?
– El punto de la flagrancia de Kueider es un punto importante. Justamente, es parte de los puntos que pusieron más peso del lado de la expulsión. Se lo vio en el momento, cuando él habló dijo que era de él o que era de su compañera, y la realidad es que nosotros tenemos que mostrar ejemplaridad. Eso es un punto importante y que hoy la sociedad dijo “basta” al tema de la corrupción.
¿Qué está pasando?, que era la pregunta: Me parece bien lo que pasa, me parece bien que se ponga acento en lo que está mal. Y que hoy esté pasando también tiene que ver con que la gente en las últimas elecciones dijo “me importa la corrupción”. Siempre se dijo que en Argentina a la gente, mientras le vaya bien económicamente, no le importaba la corrupción. Hoy se ve que la gente ha cambiado. El kirchnerismo siempre sostuvo que a ellos su electorado no les pedía cuentas respecto de los temas de corrupción, que a su electorado no le importaba eso. Y en las últimas elecciones se vio que sí, porque no los votaron, porque no los eligieron. Parte del electorado clásico kirchnerista votó otra cosa.
Entonces ¿qué significa eso? Que a la sociedad le empieza a importar, algo que quizás a los periodistas nos importó siempre y lo acentuábamos siempre, a la sociedad ahora también le importa. Quizás a parte de la sociedad le importó siempre, pero estaba el famoso “roban pero hacen”, que para mí es un horror. Antes estaba como aceptado por parte de la sociedad. Y hoy no.
– ¿Sabían quién era Kueider? Era el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, una de las comisiones más importantes del Senado. ¿Sabían quién era?
– Las relaciones que nosotros tenemos son más institucionales. También de confianza, de “che, bajá, que necesito quorum”. Si se ven mis chats con Kueider era decirle “bajá que necesitamos el quorum para mi comisión”, que es la de Seguridad Interior y Narcotráfico. “¿Qué pasa que no estás bajando?”, ese tipo de cuestiones, pero no es que tenemos un trato de amigos, ni salimos a tomar un café después. Tampoco sabía que estaba haciendo viajes, ni siquiera en lo privado.Edgardo Kueider, el ex senador por Entre Ríos, en Paraguay, poco después de ser detenido con 200 mil dólares escondidos en una mochila
– ¿Nadie sabía nada?
– No. Yo no sabía ni siquiera si estaba en pareja, si estaba separado. Quizás más dentro de lo que es el bloque radical tenemos más relación humana o personal fuera de lo que es el bloque. Con algunos de los que fue Juntos por el Cambio sí tenemos una relación mucho más cercana, con Luis Juez tengo una relación casi de amistad y con varios más también.
Con el kirchnerismo también tengo buenas relaciones, sinceramente, no tengo problemas en charlar. Fuera de la sesión hablamos, podemos hasta bromear en algún momento, pero la realidad es que no tenemos relaciones personales o de salir a comer.
– Pero no habían indicios de una persona que estaba teniendo tratos irregulares o actividades o hechos o situaciones que uno diga “esto es sospechoso”? ¿Era Kueider uno más?
– Kueider entró en una boleta en donde estaba Cristina Fernández de Kirchner, condenada con doble conforme de la Justicia; Alberto Fernández, procesado por corrupción y también por el tema de violencia de género. Eso dice mucho, pero tampoco significa que él también sea parte de lo mismo.
Kueider había cambiado de posición política y estaba más en consonancia con el oficialismo. A mí no me consta que haya habido coimas, no puedo decir de ninguna manera algo así. Si esas cosas suceden, no pasan delante de todos, ni nosotros nos vamos a enterar. Hay otras situaciones que quizás generan muchas más sospechas, que me pasó durante el kirchnerismo, cuando veíamos senadores que a último momento se sentaban a dar quorum y de repente eran ultrakirchneristas. Eso te hacía sospechar algunas cosas -y además metían un montón de gente de su familia en la Cámara- pero yo no vi algo acá que me llame la atención.El tuit de Javier Milei sobre Kueider y el kirchnerismo
– Lo pregunto porque tuvimos un caso Kueider, un caso escandaloso y que hace juego con José López y los bolsos, ¿pero hay otros Kueider? ¿Puede haber otros Kueider en la Cámara?
– Yo no lo puedo saber. Sinceramente, no lo puedo saber. Yo no podría ni siquiera sospechar de nadie del bloque nuestro, porque los veo, porque sí tengo una relación mucho más cercana, y me sorprendería muchísimo. Pero después del resto yo no los conozco tanto como para poder saber si son capaces de algo así o no. Se ven cosas que te sorprenden todos los días y trato de no perder mi capacidad de asombro.
– No quiero que nos vayamos de la pregunta anterior sobre el caso Kueider y el caso Ritondo. Este último afecta a una persona muy importante de Juntos por el Cambio, una coalición que usted integró. ¿Qué piensa?
– No tengo los detalles. Sé lo que salió en prensa, nada más. Creo que tiene que investigarlo la Justicia y va a ser la Cámara de Diputados la que decida qué tienen que hacer respecto de su lugar, no nos compete a nosotros, pero sí a la Justicia. Obviamente que a mí no me importa de quién viene o de qué espacio político viene: si alguien actúa mal, todo el peso de la ley, no importa el partido político, no es que solamente me importa si es kirchnerista, no. Del partido político que sea.El diputado Ritondo fue acusado de tener bienes en el exterior sin declarar
– El kirchnerismo estuvo en la sesión plantenado que Kueider no podía seguir siendo senador por una falta a la ética. Su discurso fue de los más vehementes en contra de esta idea que planteó el kirchnerismo.
– Es que me saca el cinismo, realmente. El cinismo con el que defendían la ejemplaridad -la “honorabilidad”, esa era la palabra que usaban- cuando durante cuatro años tuvimos a Cristina condenada en primera instancia en ese momento -ahora ya tiene doble conforme- presidiendo el Senado de la Nación. Miraban para otro lado cuando tuvieron a José Alperovich, condenado por abusar de su sobrina, y le aprobaron la licencia hasta que dejó de ser senador. En esas cosas se ve la doble vara, la doble moral.
Ellos son los que tuvieron a Amado Boudou, el primer vicepresidente de Argentina condenado por corrupción. Cristina tiene doble conforme de la Justicia por corrupción y, sin embargo, la eligen como presidente de su partido. Por eso yo hacía hincapié en decirles “ustedes se sienten representados por esta persona; vienen a hablar de moral, de valores, de ética, cuando acaban de elegirla a ella presidente del PJ”. Los vi a todos sentaditos aplaudiendo como focas, vi a Cristina bailando como si nada, como si nada. Cuando se ve esa doble moral, cuando se ve ese doble discurso constante, continuo…
Cristina tuvo dos pedidos de desafuero en su momento. El del fallecido juez Claudio Bonadío, por el tema de la Causa Cuadernos, y otro por el Memorándum de Entendimiento con Irán, que afortunadamente hoy vuelve a recobrar importancia -para mí esa causa es de lo más importante que tuvo la Argentina- y se la acusa de “Traición a la Patria”. Uno se pregunta ¿cómo puede ser que miren para otro lado? La situación de Parrilli, que se levantaron y dijeron “no, con Parrilli, no; con los nuestros, no”.
– La expulsión de Kueider se aprobó por amplia mayoría, por 60 votos, pero con Parrilli no se avanzó. ¿Por qué? ¿Qué pasó?
– La doble moral, otra vez, del kirchnerismo.
– El argumento del kirchnerismo es que son cosas distintas, porque uno es flagrancia y Parrilli está acusado y no hay una decisión concluyente todavía.
– Está procesado y tiene que ir a declarar en breve. Por eso en un momento le dije “teléfono Parrilli”, cuando hablé del tema de la causa. La expectativa de pena y un montón de cuestiones que también hacen pensar que esa persona, al menos, debería estar suspendida. No hubo flagrancia, pero hasta ahí. Al kirchnerismo no le importa la moral, no le importa la ética, no le importa el choreo, lo único que le importaba era que otra kirchnerista entre a la Cámara. Es lo único que ellos estaban buscando: tener mayoría para poder manejar el Senado. La realidad es que para nosotros era todo un peso el tema de tomar semejante decisión sabiendo que venía una kirchnerista atrás. Bueno, ahora hay que ver lo que pase con la Justicia, porque lo que pasa en el Senado son cuestiones políticas.
El posicionamiento político nuestro es el correcto, que es el posicionamiento político en contra de la corrupción y a favor de la transparencia. Después, la Justicia será quien decida, incluso, sobre la banca de Kueider, porque él hizo una presentación ante la Justicia. Yo creo que no hay que tomarle juramento a una potencial senadora kirchnerista, cuando todavía la Justicia no se expide.
La jura de Stefanía Cora
Stefanía Cora era la segunda en la lista de senadores del kirchnerismo en las elecciones de 2019
– A ver, me interesa.
– Creo que la banca tiene que quedar vacante hasta tanto la Justicia se expida. Yo como vicepresidente…
– ¿Pero qué Justicia?
– Bueno, en este momento (Kueider) está siendo procesado por la Justicia paraguaya y también está procesado por la Justicia argentina.
– Está la causa de Paraguay, están las dos causas que tiene en Argentina, uno por el caso Securitas, por supuesto pago de coimas, y otro por enriquecimiento ilícito, son tres causas penales. Acaba de aparecer otra más, que es el recurso de amparo que presenta para que no lo expulsen.
– La Justicia tiene que definir si es culpable o no de todo aquello que nos llevó a expulsarlo del Senado. No creo que sea correcto que asuma otra legisladora cuando todavía no hay una palabra de la Justicia. Lo que pasa en el Senado tiene que ver con posiciones políticas y nosotros queríamos dar una posición política clara y contundente respecto de “Corrupción no, acá sentado, no”.
– Ahora es importante la definición, porque eso implicaría que la banca quede indefinidamente vacante, vacía.
– Bueno, salvo que le tomen juramento. Yo soy vicepresidente del Senado y no me voy a prestar a eso. Como vicepresidente del Senado. ¿A qué me refiero?
– El procedimiento, a partir de esto que pasó, ¿se puede trabar de alguna manera, se puede impedir o es automático que como fue expulsado un senador tiene que tomársele juramento a su reemplazante?
– Ahora no se le puede tomar juramento porque obviamente estamos en receso. A partir de que comiencen las sesiones ordinarias tiene que haber una sesión para que se le tome juramento.
– ¿El Senado se puede juntar per se, en función de que es una cuestión de orden interno, y tomar un juramento?
– Yo de ninguna manera voy a dar quorum a eso.
– ¿Y esta posición la tendría que compartir el resto del Senado, los que no son kirchneristas?
– Creo que sí, pero mi posición personal no se la puedo pasar a nadie. La realidad es que creo que tenemos que ser concretos con eso, obviamente.
La cuestión Villarruel
Victoria Villarruel presidió la sesión del jueves, que expulsó a Edgardo Kueider de la Cámara
– Otra polémica que dejó la sesión estuvo en torno a Victoria Villarruel. Kueider presentó un amparo cuestionando la legalidad de toda la sesión porque la vicepresidente presidió la sesión cuando Javier Milei ya había partido hacia Italia. ¿Qué opinión tenés sobre esa controversia?
– Yo en lo personal me enteré en el medio de la sesión que el Presidente había viajado. Si hubo o no, si existió o no la comunicación formal que corresponde entre el gobierno nacional y el Senado, yo lo desconozco. Vi lo que vimos todos. Chats y todo. Desconozco también la veracidad de esos chats. Habría que investigarlo y será tarea de la Justicia porque hay un requerimiento de la Justicia respecto de eso. Tienen que entregarse todas las pruebas necesarias.
– Hay un hecho incontrastable, que efectivamente Milei estaba de viaje y en simultáneo estaba Villarruel presidiendo la sesión en el Senado.
– No sé a qué hora salió el presidente Milei, sinceramente. La sesión estaba convocada para las 11 de la mañana. Esa fue la hora, un rato después, porque hay un período donde se canta el Himno, se iza la bandera, después nos sentamos. Hay un período hasta las 11:30 en esperar el quorum. No sé si hubo una superposición o no en ese momento. No sé tampoco si realmente le había llegado la comunicación a la vicepresidente o no. Son esas cosas que tienen que ver con el mismo gobierno, el tema de la comunicación entre ellos.
– ¿Puede invalidarse la sesión? Porque el senador de La Libertad Avanza Juan Carlos Pagotto dijo “si efectivamente eso ocurrió, hay que invalidar y hay que volver a a sesionar”. ¿Qué piensa de esta polémica?
– Creo que es algo que tiene que responder quizás un constitucionalista. Pagotto obviamente es una persona que sabe mucho de Derecho, es un jurista muy reconocido. Si él dijo eso, tendrá las herramientas suficientes como para defender esa postura. Algunos creen que la sesión de todas maneras es válida. Yo no me quiero expedir al respecto porque no soy abogada, soy periodista. Obviamente que me asesoro con abogados, pero me parece que son ellos los que deben opinar y después es la Justicia la que tiene que validar o no. Si esto llega a la Corte, es probable que declare esto como una cuestión política no judiciable. Vamos a ver lo que sucede en los próximos días y en las próximas semanas.
– ¿No tiene una opinión formada sobre si fue legal o no la sesión porque estaba presidiendo Villarruel el Senado, estando al mismo tiempo a cargo de la Presidencia?
– Hay que ver cuándo llegó, si realmente llegó, ese documento. La sesión había sido convocada por Villarruel y Bartolomé Abdala, en su momento. No había sido convocada solamente por Villarruel.
– En función de esto, ¿qué opinión tiene sobre esta pelea a cielo abierto que hay entre el Gobierno y la vicepresidenta?
– Sí, hay mucha tensión. Lamentablemente -y digo “lamentablemente” porque no nos sirve institucionalmente, no nos sirve a ningún argentino que eso suceda- no creo que se vea bien, porque cuando hay problemas institucionales en un país eso está lejos de atraer inversiones. Primero el tema institucional y por eso es tan importante la defensa de las instituciones, que a veces no garpa en los medios. A veces la gente dice “¿pero y eso qué me importa?”, y es muy importante.
Creo que hay cosas que tienen que resolver entre ellos y no llevarlo a lo público. La realidad es que cada uno, desde su lugar, lo que tenemos que hacer es defender los intereses del pueblo argentino, más que estar quedándonos en peleas, en chicanas. Sinceramente, creo que Argentina no está para eso. Los argentinos están haciendo un esfuerzo enorme.
– En redes sociales, cuentas que apoyan al Gobierno la tratan de traidora y de miles de cosas.
– A mí no me gusta. Tienen que arreglar los problemas que existan entre ellos puertas adentro y cuidar la institucionalidad, cuidar al país, cuidar que los argentinos tienen todas las esperanzas puestas en el Gobierno. Entonces el Gobierno tiene que estar a la altura de las circunstancias. Tiene las esperanzas puestas en todos nosotros. La gente nos ha votado para cumplir con nuestro rol de la mejor forma posible. ¿Nos podemos equivocar? Por supuesto, todos nos podemos equivocar, somos personas, pero creo que todo ese tipo de cosas se tienen que resolver puertas adentro y que tenemos que mantener el rumbo.
El foco real de este gobierno tiene que ser el mejorar la vida de los argentinos, no quedarse ni gastar energías en internas, ni egos, ni nada de eso. Resolver los problemas de los argentinos, porque acá la gente está haciendo un esfuerzo gigantesco y con mucha esperanza en el Gobierno. La esperanza, pese al esfuerzo y el sacrificio. Por primera vez en Argentina, la palabra ajuste no es una mala palabra. El Presidente ha logrado eso. Es enorme lo que ha logrado el Presidente, porque realmente tiene que ser así. Que los argentinos vean que el ajuste va en pos de mejorar la situación, eso es lo que queremos todos los argentinos, lo que queremos todos los que tenemos fe en el Gobierno.
Y el Gobierno tiene que estar concentrado en eso, dejar las chicanas aparte, cuidar las instituciones, que es lo que nos va a dar seguridad de que las políticas sean políticas de Estado, que todo marche donde tiene que marchar para que seamos creíbles hacia adentro y hacia afuera.Milei y Villarruel, una relación política tóxica
– Hace dos semanas se anunciaron sesiones extraordinarias, incluso se difundió un temario, y finalmente no pasó nada. También está pendiente la cuestión de los jueces de la Corte, que es algo propio de la Cámara de Senadores. ¿El Gobierno no está logrando consensos, hay más resistencia? ¿Está perdiendo eficacia en sus negociaciones?
– Las cosas se hacen por consenso. Estaría muy mal que el Gobierno nombre jueces por decreto. ¿Tiene derecho a hacerlo? Sí, no es inconstitucional. Pero estaría muy mal. ¿Por qué? Porque si tenemos un Congreso y esto es una República y hay división de poderes y es potestad del Senado de la Nación aprobar o no a los jueces, el pasar por arriba de las instituciones no es correcto.
Proyecto de falsas denuncias
– Hablemos del proyecto del agravamiento de penas ante falsas denuncias en casos de violencia de género que presentó hace dos semanas.
– En realidad, el proyecto es sobre falsas denuncias en general. En causas de violencia género tiene un agravante.
– Eso generó mucha controversia.
– Sí, pero porque no se ha entendido el espíritu de la ley. Cuando empiezo a hablar con cada una de las personas que está en contra, en el mano a mano, terminan entendiendo otro punto de vista. La falsa denuncia primero no tiene género, la mentira no tiene género. Soy una persona feminista y aunque hoy sea mala palabra decirlo -porque parece que es mala palabra- soy feminista pero de lo que realmente es el feminismo, de la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres. Ese es el concepto de feminismo.
Lo que militó el kirchnerismo durante este tiempo que a mí no me representaba se llama “hembrismo”, que es el equivalente al machismo. A mí no me representaba ni el cartel de “muerte al macho”, no me representan las mujeres que se sacaban la remera e iban a hacer sus necesidades en la puerta de la Catedral. Todas esas cosas a mí no me representan. Y creo que a la mayoría de las mujeres feministas no nos representan.
Cuando hay una mentira y se abusa de un recurso falsamente, lo que se está haciendo es bastardear la verdadera causa de las mujeres. Durante este año, si tomamos solamente de enero a septiembre, hubo 208 femicidios, más 17 femicidios vinculados. Esa causa es noble, es una causa real; la violencia de género existe, es real; el machismo existe, es real; el techo de cristal es real. Y soy una defensora de todas esas causas, al igual que el tema de la violencia de género. Pero justamente cuando alguien miente respecto de eso, lo que está haciendo es bastardear lo otro y lo que está haciendo es que la Justicia termine sin creerle a las verdaderas víctimas.
– ¿No es una señal disuasoria para la mujer que pueda sentirse amenazada o sentirse agredida?
– No.
– Que el hombre diga “te voy a denunciar por hacerme una falsa denuncia” y pueda generarle a la mujer un disuasorio de “no me voy a meter en este lío”.
– No, porque la falsa denuncia hay que demostrarla. Está buenísimo que lo podamos aclarar para la gente y que ninguna mujer se sienta intimidada por esto, porque no es el espíritu de la ley, no tiene nada que ver con eso: una persona que sale absuelta del delito de violencia de género, no es que automáticamente se dispara eso como falsa denuncia. La falsa denuncia sería otro delito que tendría que demostrarse ante la Justicia: primero corre el principio de inocencia para esa persona, porque puede tener que ver no con una falsa denuncia, sino con una denuncia verdadera. Que no se haya podido demostrar una denuncia por falta de elementos no significa que sea una falsa de denuncia.
Por eso, primero que nada: corre el principio de inocencia. Y segundo: también por un error. Conozco un caso en Santa Fe, donde hubo una denuncia sobre un maestro que tuvo que ver con un error de una mamá que tomó a mal algo, pensando que podía ser un abuso -no quiero hablar del caso en particular- y tomó como válido algo cuando la hija le estaba diciendo “no me hizo nada el profesor, me tropecé y por eso tengo este moretón”. Esa mamá pensó que se trataba de un abuso y a este hombre le quemaron la casa, a esta familia le quemaron la casa, le mataron las mascotas y tuvo que huir por sus vidas. Y después fue absuelto.El día que se presentó en el Senado el proyecto para agravar las penas en casos de denuncias falsas
– ¿Pero la solución a eso es condenar a la persona que hizo la denuncia?
– No, justamente ahí estamos hablando de un error. Para que haya una falsa denuncia demostrada tiene que haber un dolo directo. ¿Qué significa esto? Que tiene que demostrarse ante la Justicia que hubo una intención manifiesta de la persona denunciante de hacer esa denuncia con el solo efecto de poder lastimar a otra persona en el honor, en querer meter presa a esa otra persona. Y agrava el tema si media violencia de género o si hay uso de menores, porque sucede, y mucho, que en un matrimonio que termina, en donde nunca hubo denuncias de ningún tipo, de repente en un divorcio salen denuncias de acoso, de abuso sexual contra niños que en Cámara Gesell no se pueden probar.
No descreo de lo que digan los niños, pero hay niños que han dicho que no es cierto lo que la mamá les dijo, que le pidieron que digan tal cosa, o que el papá le dijo que digan tal otra cosa. Tiene que escucharse a las dos partes, eso es lo que creo, y tiene que enfrentarse la falsa denuncia, la mentira. Cuando una persona va con la verdad, cuando una persona realmente es víctima y va con la verdad, es muy difícil que le demuestren una mentira, porque no es mentira. Y la Justicia tiene los elementos necesarios como para poder chequear esa denuncia. Los tiene que querer usar.
– El argumento de los grupos feministas es que no hace falta incluir ese tipo penal, porque ya figura en el Código Penal la falsa denuncia.
– Sí, pero es un chiste hoy en día. Hoy por una falsa denuncia hay que pagar $ 700 a 12.000 pesos, y en el caso penal, la condena va de dos meses a un año, entonces nadie denuncia la falsa denuncia. Nosotros lo que proponemos es en general, para cualquier falsa denuncia, sea de corrupción o lo que fuera, llevarlo de 1 a 3 años, que puede o no ser excarcelable, según lo que piense el juez. Y lo mismo en el caso de la violencia de género o utilización de menores, de 3 a 6 años.
– El feminismo salió espantado, ¿por qué piensa de esta reacción?
– No sé. No creo que el feminismo real salga espantado porque el feminismo real busca la igualdad de derechos y oportunidades y cuando hay una mentira no hay igualdad. Y si no se escucha a ambas partes, tampoco hay igualdad.
Preguntas finales
– El radicalismo está en crisis, como la mayoría de los partidos políticos a partir de la llegada de Javier Milei a la Presidencia.
– El mismo partido político gobernante tiene sus crisis.
– Sí, estuvimos hablando recién de Javier Milei y Victoria Villarruel. ¿Están todos en crisis, entonces?
– Y… echan a diputados, echan a senadores, también. Hay crisis en todos los partidos políticos en estos momentos, totalmente. Pero no son crisis que sean negativas tampoco. Me pongo a hablar de mi partido político en particular: en el radicalismo hay diferentes miradas, hay diferentes matices, y dentro de esos matices y esas miradas se puede llegar siempre a algo mejor. Nuestro partido es un partido horizontal y democrático, para nosotros el que haya discusión es algo que siempre es bueno.
– Disculpe que menciono a otra Cámara, pero en Diputados hay tres bloques y se llevan a las patadas. Están los radicales peluca, los ortodoxos. En Diputados es más explícito, en el Senado son más recatados.
– Hay distintas miradas y a mí me parece que tendrían que haberse quedado todos en el mismo bloque, sinceramente, no estoy de acuerdo con que se hayan dividido. En el Senado a veces no votamos todos iguales y eso no significa que nos tengamos que ir del bloque. ¿Podemos no votar todos iguales? Sí, podemos. En un partido amplio y democrático como el nuestro, totalmente se puede. Me parece que es un sinsentido dividirse, a mí me representa la parte del radicalismo que apoya las decisiones correctas del Gobierno y pone el freno en lo que está mal.
– ¿En qué, por ejemplo?
– Yo creo que el rumbo económico del Gobierno es bueno, nosotros pusimos límites en otras cuestiones: con el financiamiento universitario, con las jubilaciones. A mí, la oposición por oponerte a todo y poner palos en la rueda no me representa, porque nuestra gente, nuestro electorado, está acompañando. Los radicales hoy -la mayoría de los radicales, a lo mejor que no están militando- están acompañando lo que esté bien. Nuestro trabajo como oposición es ser una oposición responsable. El radicalismo siempre fue transparente, republicano, defensor de la democracia. Alfonsín fue el padre de la democracia, fue un padre de la democracia.
– Milei lo maltrata bastante a Alfonsín.
– Y no estoy de acuerdo. Yo no me pongo ninguna peluca de nada, pero si hay algo que está bien del Gobierno ¿por qué no lo voy a apoyar? Me metí a trabajar en política para mejorar las cosas, cuando estaba muy bien en mi trabajo como periodista y me gustaba mucho mi trabajo como periodista, porque creo que tenemos un trabajo noble y que cumple con un rol fundamental en la sociedad el buen periodismo. Me meto a trabajar en política para poner mi granito de arena en buscar que las cosas mejoren, no en lo que yo creo que tenían que mejorar.
Una oposición responsable, que apoya en lo que está bien, pero que pone límites en lo que -por lo menos nosotros vemos que no está bien- es sana para la democracia. Es más, diría que un gobierno que tiene mayoría en ambas Cámaras no es bueno para la República, no es sano para la democracia porque ¿qué es lo que termina pasando? Todo el mundo aplaude, lo que pasaba con Cristina.
Si me preguntan, ¿querés que el año que viene las dos Cámaras del Congreso las maneje el Gobierno a su antojo? No, apoyo al Gobierno, pero creo que a la democracia republicana le hace bien los diferentes matices y que se escuchan diferentes voces. Cuando alguien tiene el poder, es presidente de un partido o de un país o está a cargo de un gobierno provincial, tiene alrededor gente que solamente le dice que lo que hace está bien. Eso hace mucho daño. En realidad, a mí me sirve mucho más la gente que me critica que la gente que me dice que hago todo perfecto.
Santa Fe, Rosario y Pullaro
El gobernador Pullaro, junto a Carolina Losada, el intendente de Rosario, Pablo Javkin, entre otros
– Pregunto por Santa Fe y Rosario. Su provincia y su ciudad. Los datos están mostrando avances en la lucha contra el narcotráfico en Rosario y el gobernador Maximiliano Pullaro impulsó una reforma de la Constitución. Le pido una opinión sobre ambos temas.
– Tanto a nivel nacional como a nivel provincial hay gobiernos que han marcado un rumbo diferente a lo que se venía siguiendo y que era lo que la sociedad estaba reclamando. El gobierno de Pullaro está haciendo un muy buen gobierno… en cuanto a la seguridad, ni hablar, los cambios son más que evidentes. No es solamente el ministro Cococcioni, que está trabajando muy bien en lo que tiene que ver con seguridad. También está el Plan Bandera de Patricia Bullrich apoyando y es muy importante. El hecho de que estén trabajando en conjunto, de que no haya una pelea de egos, sino que estén trabajando realmente en conjunto, es buenísimo para la sociedad, para la gente. Lo que necesitamos los rosarinos especialmente pero el país es general es la “Ley Antimafias”.
Con respecto a la reforma de la Constitución de la provincia: la última reforma fue en 1963, pasaron en el medio muchas cosas, es otra provincia, otro país y otro mundo. Hoy estamos proponiendo que se incorpore dentro de la Constitución de la Provincia Ficha Limpia, el recorte del mandato de los senadores provinciales, la posibilidad de reelección por una única vez del gobernador.
– ¿Está de acuerdo con que pueda reelegir el gobernador?
– Por supuesto. Creo que en un período de cuatro años es muy poco lo que se puede hacer y hay que ser conscientes de eso, sin mezquindades políticas, por una vez en la vida. La política tiene que pensar lo que le conviene realmente a la gente, al país, a la provincia. Por supuesto que conviene que tenga la posibilidad: si el gobernador está haciendo las cosas bien, la gente lo vota; si las está haciendo mal, a casa, es así, la sartén por el mango vuelve a estar a favor de la gente. También se recortan en la nueva Constitución los fueros de los senadores provinciales, que hoy no se los puede ni siquiera investigar. Me parece que es ampliamente positiva y sería la Constitución provincial más moderna del país.
– ¿Y cree que Pullaro debería competir para un nuevo período?
– Eso va a depender de cómo llegue al momento del recambio.
– ¿Por lo que hizo hasta ahora?
– Hoy, repito, está haciendo un muy buen gobierno y está atendiendo al reclamo de la gente, que era seguridad, que era sacar trabas, que tiene que ver con eliminar burocracia, impulsar al sector privado. Está haciendo eso.
Mensaje al presidente Milei
Cadena nacional. La foto de Javier Milei y su Gabinete en la cadena nacional del 10 de diciembre
– Si pudiera hablarle a Milei, ¿qué le dirías en este fin de año y el año que viene?
– A mí me gustó mucho el último discurso del presidente y se lo dije. A ver, yo puedo hablarle a Milei porque somos amigos desde hace mucho tiempo. Muchas veces hablamos como amigos y otras veces le digo “otro día hablo con el presidente”, así es como separo los tantos. Creo que hizo las cosas muy bien en general, en cuanto a marcar un rumbo claro que tenga que ver con un Estado moderno, con un Estado menos burocratizado, con un rumbo claro en cuanto a la economía, y todo eso empieza a dar resultados.
Si le tuviera que decir algo que no me parece bien, es el tema de respetar más a las instituciones, respetar la división de poderes, respetar más el tema de no atacar constantemente. Una cosa es la campaña y otra cosa es seguir atacando, por ejemplo, al periodismo. Soy periodista y no me parece que esté bueno cuando un presidente -con el poder que tiene un presidente- ataca a un periodista. Me parece que ahí hay algo que no corresponde. Soy una gran defensora de la libertad de expresión y él no puede hablarle a un periodista como si no fuera el presidente, porque es el presidente. Y ya tuvimos a Cristina señalando al abuelito amarrete, a los periodistas. Eso no me gusta, no corresponde. Y lo digo públicamente.
– ¿Su último contacto con él fue ese mensaje de felicitación por la cadena nacional?
– El jueves quise hablar en un momento con él y estaba viajando, ahí me enteré de que estaba viajando. Hablamos el día del cumpleaños y después hablamos el otro día, con el mensaje de la cadena nacional.
– ¿Y qué resalta de ese mensaje del 10 de diciembre?
– Que no fue violento, que fue un mensaje mesurado. Que fue un mensaje con respeto, obviamente, con su impronta. Nadie le pide al Presidente que cambie la impronta, porque la gente votó otra impronta y todos lo conocemos y el presidente es el mismo. O sea, no es que es una persona diferente. ¿Todos lo veían en Intratables? Seguramente, yo lo conozco en lo personal y él es así, no es diferente a lo que muestra, y está bien, la gente quiere autenticidad en la política. Basta de dobles caras, de que se diga una cosa y se haga otra, ya nos pudrimos todos de eso.
Me parece que fue un discurso que tuvo mucho contenido, más allá del “autobombo”, que está muy bien que lo haga, porque resaltó sus logros. Pero me pareció que estaba marcando un camino claro y que ese camino claro lo marcó en un discurso pacífico. ¿Qué es lo que tiene que hacer? Me parece que el presidente tiene que concentrarse exactamente en ese Milei que yo vi en la cadena nacional: discurso claro, rumbo claro, vamos por acá. Hablarle directamente a los argentinos, porque la gente está haciendo un esfuerzo grande, pero con esperanza. Y esa esperanza tiene que ver con la posibilidad de estar mejor, que es lo que queremos todos y es para lo que la gente votó a Javier.
Fuente Infobae