Aprende cómo el minimalismo dirigido a la psique puede contribuir a recuperar tu pasión por la vida.
El comúnmente conocido ayuno de dopamina viene a traer el concepto de sencillez plena al área de la psique como medio para reconectar con nosotros mismos. Una opción accesible para todo aquel que se haya visto saturado en esta sociedad de inmediatez e hiperestimulación constante. En este artículo te explicaré de forma muy somera cómo interactúan entre sí el placer y el dolor, el papel de la dopamina en esta relación y cómo esto repercute en el desarrollo de conductas adictivas, la insatisfacción vital y la baja tolerancia a la frustración.
El minimalismo es, como toda forma de arte, un intento de poner un poco de orden en un mundo caótico. Un orden que nos inspire paz y calma devolviéndonos la conexión con los placeres naturales. Con una renuncia pasajera de lo sobrante y lo superfluo podemos recuperar esa mirada honesta a lo que realmente nos genera una gratificación duradera para definir cómo queremos vivir.
¿Qué es el circuito de refuerzo del cerebro?
Para entender como un ayuno o reseteo de dopamina nos puede influir, debemos asentar primero unas bases mínimas que nos permitan entender como funciona el circuito de refuerzo del cerebro. Este centro, también denominado “circuito de recompensa” gestiona la experiencia de placer y dolor. Placer y dolor son procesados en la misma área cerebral y se mantienen en constante ajuste asegurando un equilibrio. Se regulan, de hecho, como una suerte de balancín.
Igual que ante el frío el cuerpo emite respuestas de contracción muscular (tiritando) para generar calor y mantener nuestra temperatura corporal; el cerebro también tiene sus propias vías para mantener en balance nuestras sensaciones de dolor y placer o satisfacción e insatisfacción.
Entonces, cuando experimentamos placer, el cerebro reacciona impulsando la balanza hacia el lado del dolor en la misma proporción que el placer experimentado. Este proceso explica por qué cuanto más persigues el placer, más vacío experimentas.
Cuando sentimos gozo se libera dopamina sobre el plato del placer de la balanza. Dado que nuestra fisiología lucha por la homeostasis (equilibrio), no puede permitir que la balanza esté inclinada hacia ese lado más que por un corto espacio de tiempo. Lo que sucede es que el cerebro ejerce una fuerza proporcional al placer experimentado sobre el plato del dolor generando que por otro breve espacio de tiempo la balanza permanezca inclinada sobre esta percepción de insatisfacción. Ese placer previo, al rato se siente como una aflicción.
Esto se denominó por Richard Solomon y John Corbit Teoría del Proceso Oponente y dice así: “Cualquier desviación prolongada o repetida de la neutralidad hedónica o afectiva provoca una reacción posterior de valor opuesto al estímulo”. En términos coloquiales viene a significar que el uso constante y repetido de placeres inmediatos (videojuegos, redes sociales, alimentos procesados, drogas, pornografía, compras compulsivas, etc.) conduce a la infelicidad disminuyendo nuestra motivación.
La experimentación repetida de placeres instantáneos y artificiales provoca que las sensaciones sean cada vez menos intensas y más breves mientras que las sensaciones de desazón se hacen más fuertes y duraderas en el tiempo. A esto lo denominamos neuroadaptación.
La búsqueda de placer así, nos dirige hacia el discomfort, hacia la anhedonia, lo que antes disfrutábamos ahora ya no tanto. En una sociedad en la que reina la gratificación instantánea, así es como inocente e ingenuamente nacen adicciones. Tenemos de forma accesible y altamente disponible fármacos, drogas, sexo, redes sociales y todo tipo de enseres a golpe de clic que nos anestesien de posibles emociones displacenteras.
Decidir ser indulgentes con este tipo de goce instantáneo puede aliviarnos momentáneamente si pasamos por una situación difícil pero cuando sin darnos cuenta normalizamos un consumo desenfrenado de estos estímulos, nuestras vías para obtener placer se pueden ver saturadas.
¿Qué es un reset de dopamina?
Ante la expectativa de obtener una recompensa siempre encontramos la presencia y liberación de dopamina. Desde el momento en el que en nuestra mente visualizamos la sustancia o la conducta que nos resulta irresistiblemente agradable, la dopamina hace acto de presencia y su cantidad en esta liberación es proporcional a la dependencia que nos genera.
Fuente: https://psicologiaymente.com/psicofarmacologia/reset-dopamina