Esta droga de diseño, el 3,4-metilen dioxianfetamina, más conocida como éxtasis. El aceite esencial para la síntesis de MDMA se extrae del árbol de sasafra.Proporciona a sus consumidores una intensa sensación de bienestar. Sin embargo, su consumo provoca diversos efectos adversos e incluso la muerte.
Produce en el consumidor una intensa sensación de bienestar, de afecto hacia las personas de su entorno, de aumento de energía, y en ocasiones, alucinaciones. Los efectos adversos que provoca su consumo incluyen sensación de malestar general, pérdida de control sobre uno mismo, deshidratación, pérdida de peso y pérdida de memoria. Se han comunicado casos de muerte relacionados con el consumo incontrolado de éxtasis y otras drogas relacionadas. El éxtasis se sintetizó a principios de siglo en Alemania, como fármaco psicológico y con propiedades anoréxicas, ha tenido gran uso en terapias psicológicas hasta su ilegalización. A fines de los 80 comenzó a circular en Buenos Aires como droga recreacional. Su consumo crece asociador a la música electrónica y cada vez más en otros ámbitos.
El MDMA (3,4-metilendioximetanfetamina) o éxtasis es una droga psicoactiva de origen sintético con propiedades estimulantes y empatógenas de sabor amargo. Suele relacionarse y confundirse con el MDA y otros derivados de la anfetamina.
El MDMA se particulariza por sus efectos empatógenos, relativos a una sensación subjetiva de apertura emocional e identificación afectiva con el otro. Estas propiedades distintivas estarían mediadas por un incremento en los niveles del neurotransmisor serotonina en las sinapsis neuronales y otros neurotransmisores, principalmente la noradrenalina y, en menor medida, la dopamina. La actividad de la serotonina se ha relacionado funcionalmente con los estados de ánimo y el humor.
HISTORIA:
En 1912, los laboratorios Merck en Darmstadt sintetizaron de modo accidental el MDMA. El hallazgo no fue seguido de estudios farmacológicos y, hasta 1953, el descubrimiento permaneció en el registro de patentes sin ninguna aplicación concreta. Es rotundamente falso, por mucho que se afirme en multitud de documentos, que se ensayara en humanos como anorexígeno o para usos bélicos.
La primera comunicación científica sobre efectos fisiológicos en seres humanos es de 1976 y se debe al químico y farmacólogo Alexander Shulgin.
En 1985, el MDMA fue prohibido en Estados Unidos, en tanto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó al MDMA en la Lista I de psicotrópicos, entre los fármacos sin usos terapéuticos, sólo admisibles en experimentos con animales. Al caer en la prohibición, quedaron interrumpidas varias investigaciones sobre los efectos de esta droga. Algo que no quedó claro para algunos en la historia de esta droga fue lo drástico de su prohibición, ya que no existían entonces pruebas de efectos nocivos, peligrosos o fatales, siendo la adicción menor que en otros fármacos debido a la baja tolerancia que el cuerpo humano desarrolla a la droga, y siendo la sobredosis algo improbable también. Se la incluyó en la «Lista I» junto con drogas como LSD, heroína, cocaína y otras drogas de riesgos altamente demostrados. Se dijo que detrás de esta prohibición existían intereses económicos de grandes compañías farmacéuticas fabricantes de antidepresivos y otras drogas legales que no tenían competencia con los resultados del MDMA. Sumado a esto estaban las investigaciones hechas por algunos profesionales con resultados altamente satisfactorios en el tratamiento de algunos traumas psicológicos y problemas de parejas. La evidencia de los daños en la neurogénesis en adultos y el impedimento de la frontalización, proceso en el que el cerebro alcanza su madurez y que se produce hacia al final de la adolescencia, han dejado obsoleta esta discusión.
El MDMA alcanza su auge de consumo ilegal entre la población más joven en los años 90, en los que emerge como algo novedoso, desligado de la figura del «yonqui» (prototipo de drogadicto de los años 70 y 80). El MDMA se suele vincular con un consumo masivo en ciertos festivales de música electrónica, por lo general en las fiestas Rave. Sin embargo, no es exclusivamente el único contexto «lúdico» en que se consume esta droga.
EFECTOS:
El mecanismo de acción se atribuye al rol del MDMA como agonista directo de los receptores neuronales presinápticos de serotonina. De esta manera, el MDMA induce la liberación de estos neurotransmisores desde las vesículas en las terminales presinápticas de las neuronas, hacia el espacio sináptico, propagando la señal por toda la red neuronal. Estos cambios neuroquímicos se manifiestan fisiológicamente produciendo templanza emocional y apertura afectiva, comunicación desinhibida, empatía (entactogénesis).
Además, el MDMA preserva también los efectos estimulantes típicos de la anfetamina, que refuerzan los ya descritos, produciendo sensación de gran energía física, con aumento de la actividad motora (hiperactividad), bienestar general y euforia.
El subidón se manifiesta en forma de oleadas con sensaciones de euforia, alegría, felicidad, empatía in crescendo y de una sensación de ligereza mental y física.
El MDMA puro suele tener una bajada muy tranquila y facilidad para dormir. Sin embargo, una sola dosis demasiado alta o una repetición de varias dosis en espacio de tiempo demasiado corto (por ejemplo, la típica pauta de consumo de cada fin de semana), son las que van acompañadas de estados depresivos, debido a que la liberación de serotonina inducida pudo haber depletado (vaciado) temporalmente las vesículas que alojan los neurotransmisores de reserva. En ese caso, se produciría una caída brusca en los niveles extracelulares de serotonina, que tardaría varios días en recomponerse. Para evitar estas consecuencias es frecuente la administración de un antidepresivo Inhibidor de la Recaptación de la Serotonina (IRS), sobre todo la fluoxetina, unas 6 horas después de la ingesta de MDMA. Evidencia científica preliminar (en ratas) asocia esta práctica con una acción neuroprotectora, profiláctica contra la posible toxicidad del MDMA. Esto es particularmente predicado por algunas agrupaciones civiles dedicadas a promover políticas de reducción de daños. Otra posibilidad es que la pastilla que supuestamente contenia MDMA, no sólo contenga esta substacia, sino algun otro tipo de droga, o incluso que no se trate de MDMA en absoluto. En dicho caso, los efectos tras y durante el consumo no pueden ser atribuidos exclusivamente al MDMA.
Contrariamente a lo que sugiere la mitología popular, el MDMA no tiene efectos afrodisíacos, alguien la llamó sensual mas no sexual. Su utilidad para facilitar la introspección con un temor reducido ha sido comprobada en algunos contextos terapéuticos, llevando a la FDA (Food and Drug Administration) estadounidense a aprobar en el 2001 su experimentación en pacientes con trastorno de estrés postraumático.
En el 2004, la DEA (Drug Enforcement Agency) otorgó las primeras licencias para adquirir esta droga legalmente. Los representantes de la clase médica que participan en estos ensayos, se han manifestado en favor de modificar el status legal del MDMA, proponiendo que sea retirado de la Lista I e incluido en la Lista III de psicotrópicos. Éstos ensayos fueron llevados a cabo en primates, en los que se demostró el deterioro cerebral ocasionado por tomas sucesivas de MDMA. Años más tarde, se demostró que la sustancia empleada en estos experimentos no fue MDMA sino d-metanfetamina, por lo que los resultados obtenidos no pueden considerarse correctos.
Los experimentos de Brian Yamamoto realizados en ratas, demuestran que el MDMA daña la barrera hematoencefálica del cerebro. No existen experimentos al respecto en humanos.
Dicha neurotoxicidad ocurriría como consecuencia de un consumo total de la serotonina en las sinapsis neuronales, produciendose entonces la recogida de dopamina . El enzima monoamina oxidasa (MAO) interacciona con la dopamina, liberando así compuestos dañinos para el cerebro. Esta forma de neurotoxicidad, si bien, puede ser atenuada mediante la toma de diversos fármacos.
SOBREDOSIS
En casos de toxicidad por sobredosis, puede producirse hipertermia y síndrome serotoninérgico. Existe riesgo de deshidratación en usuarios con alta actividad física que olvidan beber agua, dado que la droga puede inhibir la percepción del cansancio y la sed, siendo ésta hasta ahora la única causa de muerte derivada[6] debido a los consumidores que olvidan hidratarse y ventilar el cuerpo, menospreciando la importancia de esto debido a los efectos eufóricos y de bienestar de la droga. En contraste, también han sido registrados casos de hiponatremia (deficiencia de sodio) por exceso de agua. Pero quizás el mayor peligro proviene del hecho de que otras drogas, más peligrosas (como PMA, DXM o metanfetamina), se añaden a las pastillas de éxtasis o muchas veces simplemente se venden como tales. Por otra parte, la ingestión de alcohol agrava los riesgos potenciales ya que el alcohol colabora con la deshidratación. No hay información disponible sobre los efectos de la droga a largo plazo en humanos, debido a que el status legal de esta sustancia impedía tales investigaciones hasta el 2001, cuando se autorizaron los ensayos clínicos antes mencionados.