“El muerto al pozo y el vivo al gozo” es un refrán que se emplea cuando una persona fallece y sus familiares o allegados reciben un beneficio monetario o material a consecuencia de dicha muerte.
La idea central del refrán “el muerto al pozo y el vivo al gozo” es la muerte y lo beneficios que muchos individuos pueden gozar tras esta situación.
Por ello, se acostumbra a emplear a modo de crítica, en especial, cuando las personas olvidan muy pronto al fallecido y se preocupan más por la manutención o beneficios que recibirán próximamente gracias a dicha muerte.
Por ejemplo, dos hijos tras la muerte de su padre, hace pocos días, discuten constantemente sobre la repartición de varios bienes dejados por su padre.
Esta situación es mal vista y censurada por las personas, en especial cuando se olvida rápidamente al fallecido y se da mayor atención a los beneficios tras dicha muerte, por ello hacen uso del refrán “el muerto al pozo y el vivo al gozo”.
Por otra parte, en muchas situaciones también se emplea el refrán “el muerto al pozo y el vivo al gozo” a modo de ironía hacia las actitudes que toman algunas personas tras el fallecimiento de un ser querido o familiar.
Por ejemplo, cuando un difunto hereda de todos los bienes monetarios y materiales que tenía en conjunto con su fallecida esposa y, al poco tiempo se le ve en la calle disfrutando de su herencia en compañía a una nueva pareja. En estos casos se emplea el refrán a modo de ironía y burla.
No obstante, hay quienes hacen uso «el muerto al pozo y el vivo al gozo» a fin de buscar la manera de dejar a tras un mal momento y continuar hacia delante, más allá de la tristeza o dolor.
Por otro lado, “el muerto al pozo y el vivo al gozo” también se emplea en diversas situaciones que no se relacionan con la muerte sino, con la ausencia de alguien que genera bienestar general.
Por ejemplo, fue expulsado del partido de fútbol a un jugador problemático, ahora los demás jugadores pueden jugar sin preocuparse de que otro los van a lastimar.
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