Estimado Dr. Amor:
Debo decirle que estoy impactado por las diversas cartas que ustedes están recibiendo a su correo y me gustaría destacar la profesionalidad de sus respuestas. Le cuento que tengo 45 años, soy soltero y vivo en la ciudad autónoma de Buenos Aires. Soy contador y gracias a Dios tengo trabajo en un estudio contable de la Capital.
Como todos los años, los jefes del estudio, hicieron la fiesta de fin de año, a la cual nunca fui invitado. Pero este año y con mucha sorpresa de mi parte he sido invitado a participar de esta «privada y exclusiva» fiesta de fin de año. Creo que debe haber sido por mi buen desempeño y logros obtenidos dentro de las labores que desarrollo en el estudio. La fastuosa fiesta se realizó un viernes, en un salón de un lujoso hotel de la zona de Retiro. Con mi mejor traje, y cumpliendo con el horario que versaba en la invitación, llegué al hotel mencionado, con mucha inquietud, ya que era la primera vez que iba a participar de una fiesta con mis jefes, con los popes de la empresa. Entré al espectacular salón, donde noté que éramos alrededor de 50 personas, no más que ello. Buena comida, excelente bebida, y mucha charla. Mis jefes estaban exultantes, disfrutando el momento. Por lo visto este debe haber sido un buen año, donde ganaron buena plata. De las cincuenta personas, me pareció que el 85% de los presentes éramos hombres. No estaban las mujeres de ninguno de los directivos de la empresa. Así transcurrió gran parte de la velada. A eso de la una de la mañana, y luego de danzar al ritmo de los últimos hits de moda, muchos comensales se fueron. Así quedamos alrededor de 15 personas. Todos hombres, donde estaban mis tres más altos jefes, los verdaderos jerarcas de la empresa. «Bueno……me voy…» dije a medio tono, porque ya era tarde, cuando el Presidente del estudio me dijo con voz paternal: «Mijo, quédese, que ahora viene el verdadero festejo…» . Y como me lo dijo el super jefe, me quedé. Verdaderamente con mucha incógnita con lo que llegará a ocurrir, pero me quedé. De golpe se apagaron las luces y comenzó a sonar la canción «Aserejé» de las Ketchup. Cuando se encienden las luces, vemos unas 10 voluptuosas señoritas bailando al ritmo de tan pegadizo tema musical. No lo podía creer. Eran diez diosas que bailaban en bikinis, alrededor nuestro. Y así se armó la fiestita. Baile, música, champagne, besos, caricias y ¡Viva el fin de año! En un momento comencé a participar, por recomendación de uno de mis jefes, que me trajo de la mano a una despampanante rubia, de ojos cobrizos. Y dale que va. Besitos, mimos y una calentura que no le cuento. De repente, miro de reojo y lo veo a uno de mis jefes, con los pantalones bajos, haciendo el amor a una de las chicas. La había parado al lado de una de las mesas, y recostada sobre la misma, él le daba matraca por atrás. ¡La pucha!, dije. ¡Esto va ser un fiestón!. Yo mientras seguí con lo mío. Miro de reojo hacia el otro costado, y veo al abogado de la firma, sentado y una morocha que le está haciendo una fellatio. ¡Huija, canejo!, pensé. ¡Viva el fin de año!. Y de repente siento aplausos detrás de mío. Me doy vuelta y veo que otro de mis jefes, estaba teniendo sexo con una de las señoritas pero…..al revés. Es decir, la chica estaba atrás de mi jefe -que tenía los lienzos bajos- y ella hacía el típico movimiento como que lo estaba penetrando.(¿?)¿Veo bien o estoy alucinando? Yo seguía con mi rubia, meta beso pero me dio un poquito de extrañeza lo que me había parecido ver. Así que por las dudas, puse mi mano en la entrepierna de mi rubia y………….encontré un «terrible tarugo» de 20 centímetros.
Todavía me estoy lavando la boca con Fluido Manchester.
Doctor, que puedo hacer al respecto. No entiendo lo de mis jefes. No entiendo porque me invitaron. Me siento sucio.
Fabián de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Respuesta del DR AMOR:
Estimado Fabián:
Jujujaju jaju………. Perdón. Verdaderamente nos causó un poquito (tan sólo un poquito) de gracia la situación. ¡Ojo! No por vos, sino por tus jefes…..
¡Qué lamentable que personas de fuerte posibilidades económicas, de profesionales exitosos, se hayan visto involucrados en semejante cosa!. ¿no? ¡Qué mal que le hace esto al deporte!. Pero lo importante es que creemos que debés callarte la boca sobre lo ocurrido esa noche. Al menos hasta que tus jefes te saquen el tema. Eso sí, fijate si cuando alguno quiera hablar sobre esto, no comience a bajarse los pantalones. Porque en ese momento tendrás que decidir si querés seguir o no trabajando en ese estudio. Nos decís que te sentís sucio, pero lo dudamos ya que el fluido Manchester es verdaderamente muy bueno. Cualquier cosa probá con el Fluido Espineda. Este sí que mata todo!!. Otra pregunta tuya es porque te invitaron. Creemos que alguno de tus jefes pensó que era buen momento que conocieras «sus gustos» y que quizás, podrías ser un excelente partícipe de sus próximas festicholas. ¿Tenés pinta de trolo, vos…?
Una fiesta es una fiesta, y por los tiempos que estamos pasando, tenés que considerar que comiste y bebiste de lo mejor, en uno de los mejores hoteles de Buenos Aires. ¿Qué más querés?. El detalle -para nada pequeño- de que las chicas vinieran con manija, es otra cosa. Pero deberás seguir adelante. Olvidate de lo sucedido. Y dale para adelante. Total, vos estás bien seguro de que te gustan las mujeres……..¿No es cierto?
Jujujaju jaju………FELIZ AÑO NUEVO.
Dr. Amor