La tos ferina o pertusis, afecta principalmente a los bebés y a los niños pequeños. Causada por una bacteria, se caracteriza por paroxismos (episodios o ataques súbitos intensos) de tos que terminan con el característico estridor (ruido característico al inspirar después de toser al tener la enfermedad) cuando el aire se inhala.
La tos ferina causó miles de muertes en las décadas de 1930 y de 1940, pero, con la llegada de la vacuna, el índice de muertes ha disminuido dramáticamente.
¿Cuáles son los síntomas de la tos ferina?:
La incubación de la enfermedad es de una a tres semanas. A continuación se enumeran los síntomas más comunes de la tos ferina. Sin embargo, cada individuo puede experimentar los síntomas de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:
• Tos.
• Estornudos.
• Secreción nasal.
• Fiebre.
• Ojos llorosos y con dolor.
• Tos seguida por estridor.
• Durante los ataques súbitos de tos, los labios, la lengua y la matriz de la uña pueden volverse azules.
La tos ferina puede durar hasta 10 semanas y puede llevar a neumonía.
Los síntomas de la tos ferina pueden parecerse a los de otras condiciones médicas. Siempre consulte con su médico para el diagnóstico.
¿Cómo se diagnostica la tos ferina?:
Además del examen y la historia médica completa, el diagnóstico de la tos ferina se confirma a menudo con cultivo de una muestra tomada de la nariz.
Tratamiento para la tos ferina
El tratamiento específico para la tos ferina será determinado por su médico basándose en lo siguiente:
• Su estado general de salud y su historia médica.
• Que tan avanzada está la condición.
• Su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.
• Sus expectativas para la trayectoria de la condición.
• Su opinión o preferencia.
Los antibióticos generalmente no ayudan una vez que la tos severa ha comenzado pero ayudan a prevenir la diseminación de la infección después de 3 a 4 días de tratamiento. Otros tratamientos pueden incluir:
• Mantener el calor.
• Comidas pequeñas y frecuentes.
• Beber líquidos en abundancia.
• Reducir el estímulo que le pueda causar tos.
En los casos severos puede ser necesaria la hospitalización.
Prevención de la tos ferina
Aunque se ha desarrollado la vacuna contra la tos ferina, la cual se administra a los niños durante el primer año de vida, aún ocurren casos de la enfermedad, especialmente en bebés menores de 6 meses de edad.