Ailurofobia Fobia a los gatos

Ailurofobia Fobia a los gatos


Estos animales suelen ser muy apreciados y queridos, pero algunas personas les tienen pánico.

Los gatos son unas de las mascotas preferidas de los humanos; sin embargo, mientras que algunos individuos aman a estas pequeñas criaturas, otros sienten un intenso miedo hacia ellas.
Parece difícil creer que haya personas que se sienten aterrorizadas ante la presencia de estos animales, más teniendo en cuenta que muchas investigaciones científicas han demostrado que estos pequeños felinos aportan muchos beneficios para los humanos. Por ejemplo, ayudan a prevenir alergias en niños, mejoran la autoestima y el estado de ánimo o evitan infecciones respiratorias. Sin embargo, el mundo de las fobias es diverso y hasta cierto punto independiente de la racionalidad.
Fobia a los gatos: qué es
Si bien los gatos suelen tener fama de ser algo egoístas e interesados, especialmente cuando hay alimento por medio, un estudio científico ha comprobado que aman a los humanos más de lo que solíamos pensar Pero independientemente de que nos gusten más o menos los gatos, algunas personas experimentan un temor irracional hacia estos animales, un miedo que les provoca una gran ansiedad y que hace que intenten evitar su presencia a toda costa.
Este trastorno se conoce como aliurofobia o fobia a los gatos.
Una fobia es un miedo extremo, irracional y persistente hacia un objeto en concreto, actividad o situación. Pertenece al grupo de los trastornos de ansiedad, en el que la exposición al estímulo temido puede causar diferentes síntomas como nerviosismo, ansiedad, sudoración, temblores, palpitaciones cardíacas, falta de aliento, etc. La fobia hacia los gatos es totalmente irracional, y aunque un gato no represente un peligro real para estas personas, su sola presencia puede desencadenar esta fuerte reacción involuntaria.
Qué causa esta fobia
Los expertos afirman que las fobias tienen diferentes causas, aunque la más frecuente es la ocurrencia de un hecho traumático del pasado.
Por ejemplo, cuando un niño es mordido por un gato, puede generalizar y ver a todos los animales de esta especie como potenciales atacantes, independientemente de si estos se muestran agresivos o son mansos. Esto ocurre por un tipo de aprendizaje asociativo llamado condicionamiento clásico, que fue originalmente descubierto por Iván Pavlov y más tarde popularizado por John Watson.
El condicionamiento clásico también recibe el nombre de aprendizaje estímulo respuesta o E-R.
Las falsas creencias también pueden causar esta fobia, porque los gatos a menudo se asocian con la magia negra, la brujería, el sadismo y el mal, especialmente los gatos negros, gracias a las leyendas de Halloween, las supersticiones y las innumerables obras literarias.
Además, algunos investigadores creen que el origen genético puede favorecer o no la aparición de fobias, es decir, que algunas personas son más propensas a padecer este tipo de miedos que otras personas. Otros expertos creen que la personalidad juega un papel importante en las fobias, pues las personas con rasgos de personalidad ansiosa tendrían más posibilidad de sufrir este miedo irracional.
Qué características presenta esta patología
Las fobias distan del miedo que puede sentir una persona hacia un gato que quizás muestra una actitud agresiva. Y es que normalmente los gatos no suelen amenazar a los seres humanos, sino que se sienten muy cómodos ante su presencia, especialmente los gatos domésticos. Alguno de ellos, de hecho, buscan muestras de cariño constantes al estar rodeados de personas.
Para que el miedo a los gatos sea considerado una fobia, deber ser irracional y no asociarse a pensamientos coherentes, provocar un gran malestar ante la presencia de cualquier gato, ser persistente, ser incontrolable y, por tanto, provocar la evitación del estímulo fóbico, en este caso, los gatos.
Síntomas de la aliurofobia
Los síntomas más frecuentes de la ailurofobia en personas son:
• Miedo extremo e irracional (también puede ser provocado por un pensamiento o una imagen de un gato)
• Respuesta de lucha huida ante la presencia de un gato, idea o pensamiento de éste, es decir, intentar evitar la situación que la persona considera amenazante.
• Evitar también los lugares donde se encuentran los gatos o pueden encontrárselos. Por ejemplo, no aceptar la invitación a casa e un amigo porque éste tiene un felino.
• Un gran malestar y ansiedad ante la presencia de un gato, pensamiento o idea.
• Darse cuenta de que el miedo es irracional pero no poder controlarlo.
• Hipervigilancia y nerviosismo extremo al pensar que puede encontrarse con un gato.
• Ataques de pánico con signos tales como agitación, falta de aire, sudoración y manos húmedas, pulso acelerado, etc.
• Mareos, náuseas y malestar intestinal.
Tratamiento
El tratamiento de esta fobia no es distinto a la de las demás fobias y, puesto que suele darse por condicionamiento clásico, la terapia cognitivo conductual suele ser uno de los tratamientos preferidos por su gran efectividad.
La terapia cognitiva conductual (TCC) se centra en la modificación de los pensamientos y el comportamiento de una persona que se considera inadaptado y que es la causa el malestar. El terapeuta, de entrada, suele ayudar al paciente que comprenda por qué ha desarrollado una fobia, y suele facilitarle una serie de herramientas para que éste pueda superarla.
La idea es que el sujeto sustituya los pensamientos negativos e irracionales que tiene hacia los gatos por otros más realistas y adaptativos. Las sesiones de terapia también ayudan a liberar el estrés y la tensión que uno ha estado teniendo debido a la fobia.
Técnicas usadas
Algunas de las técnicas más utilizadas en la terapia cognitivo conductual para el tratamiento de fobias son las técnicas expositivas y las técnicas de relajación. Por tanto, el terapeuta guía a la persona a través de exposiciones regulares que incluyen la presencia de los gatos.
Esto suele hacerse de manera gradual, y suele iniciarse, por ejemplo, con fotografías de gatos, vídeos, peluches y, por último, gatos reales. Además, el objetivo de una de estas técnicas expositivas, llamada desensibilización sistemática, es fomentar habilidades de afrontamiento más útiles cuando el paciente se expone al estímulo fóbico..
En las sesiones de psicoterapia también se enseñan diferentes formas de relajación incluyendo control de la respiración y visualizaciones mentales, y pueden utilizarse otros métodos terapéuticos como el Mindfulness o la Hipnosis clínica.
Los medicamentos, generalmente ansiolíticos (aunque también antidepresivos), pueden usarse en casos más graves, aquellos en los que el paciente tiene ataques de pánico.
Las nuevas tecnologías aplicadas al tratamiento de las fobias
Las nuevas tecnologías también comienzan a emplearse para el tratamiento de estas patologías, puesto que han resultado ser muy útiles. La realidad virtual (RV) o la realidad aumentada mejoran la experiencia terapéutica del paciente.
Asimismo, existen diferentes “apps” para móviles que pueden usarse para tratar las fobias y son útiles para este fin.

Fuente: https://psicologiaymente.com/clinica/fobia-gatos-ailurofobia