Posiblemente habréis observado en más de una ocasión cómo algún gato, de repente, ha movido sus orejas, dirigiéndolas hacia puntos diferentes, agachando una y la otra no o girando la cabeza mientras que sus orejas las direccionaba hacia otro punto.
Podríamos decir que son como dos antenas parabólicas con las que pueden detectar casi cualquier sonido, muchos de ellos inaudibles para el oído humano.
Esta habilidad la conservan de sus antepasados felinos, de cuando todavía estos animales no eran domésticos y vivían en libertad como cazadores.
Los responsables de esa capacidad son los 32 músculos que poseen en cada una de sus orejas, gracias a los cuales pueden realizar todo esos movimientos direccionales de hasta 180 grados y así saber de dónde provienen prácticamente todos los ruidos.
Los humanos tan solo disponemos de 6 músculos en cada una de nuestras orejas y, en la mayoría de los casos, no solemos ser capaces de moverlas (una habilidad que muy pocas personas consiguen realizar).
Pero no solo les sirve a los gatos la habilidad de mover las orejas para escuchar mejor, sino que también es un medio para comunicarse, pudiendo averiguar cuál es su estado gracias a las diferentes posiciones de sus pabellones auditivos.
Las orejas tiesas e inclinadas hacia delante nos indican que está inquieto o alerta. Para saber si está tranquilo y relajado basta con observar si las tiene hacia arriba, mientras el felino está tranquilamente escuchando los ruidos de su alrededor. Si ha girado las orejas hacia atrás es que está enfadado y si las pone en posición horizontal (las baja lateralmente) nos estará indicando que está a la defensiva y dispuesto para atacar.
Fuente: https://blogs.20minutos.es/yaestaellistoquetodolosabe/por-que-los-gatos-tienen-las-orejas-direccionales/