La celiaquía es una enfermedad en donde el recubrimiento interno del intestino delgado (mucosa) se ve dañado por el consumo de trigo, avena, cebada y/o centeno.
Por qué dichos cereales, que son inofensivos para la mayoría de la gente, dañan la mucosa intestinal de las personas celíacas, permanece aún sin respuesta.
DESCRIPCIÓN:
Al presente, la mayoría de los indicadores apuntan a que la gliadina, contenida en ciertos cereales, actúa como disparador del sistema inmunológico que reacciona contra ese antígeno, resultando en consecuencia el atrofiamiento de la mucosa intestinal. Esta reacción del sistema inmunológico puede compararse con el «rechazo» de órganos transplantados por parte del organismo.
Como el sistema inmunológico es controlado en parte hereditariamente, no es de sorprender que la celiaquía se presente dentro de una misma familia en sucesivas generaciones o en comunidades cerradas. Se cree que los parientes cercanos al celíaco tienen un 5-10% de posibilidad de desarrollar la enfermedad.
Como el sistema inmunológico es controlado en parte hereditariamente, no es de sorprender que la celiaquía se presente dentro de una misma familia en sucesivas generaciones o en comunidades cerradas. Se cree que los parientes cercanos al celíaco tienen un 5-10% de posibilidad de desarrollar la enfermedad.
El desarrollo de la celiaquía requiere de un individuo genéticamente predispuesto y que consuma trigo, avena, cebada y/o centeno. Aún con estos dos factores presentes, la enfermedad celíaca puede no manifestarse hasta que un «factor disparador» dé comienzo a la reacción anormal del sistema inmunológico. Una enfermedad viral, una operación quirúrgica, una infección gastrointestinal, estrés, etc. pueden constituirse en ese «factor disparador».
Luego de exponerse al gluten, el daño intestinal puede manifestarse en pocos meses o puede demorarse por varios años. La eliminación del gluten de la dieta de una persona celíaca permite a la mucosa intestinal recuperarse definitivamente.
La mucosa intestinal no es lisa, por el contrario, presenta una serie de pliegues con forma de dedos agrupados a lo largo de todo el tracto intestinal (vellosidad) que incrementan notablemente la capacidad de absorción del intestino(A). La exposición de la mucosa intestinal a la gliadina en las personas celíacas, produce la destrucción de la vellosidad junto a sus enzimas digestivas. El resultado es una mucosa «plana» con la consiguiente reducción de la superficie de absorción.
SÍNTOMAS:
Los alimentos (proteínas, grasas, etc.) tienden a pasar a través de todo el tracto intestinal sin ser absorbidos; esto, normalmente, causa diarrea. Como la diarrea de las personas celíacas usualmente contiene gran cantidad de grasa no absorbida por el intestino, la materia fecal es abundante, amarillenta, muy maloliente y flota dentro del inodoro.
La pérdida de nutrientes en la materia fecal provoca un descenso de peso del celíaco por pérdida de grasa corporal y masa muscular, resultando en un abdomen inflado (distensión abdominal), piernas y brazos delgados, y glúteos aplanados.
Aunque los niños celíacos no tienen usualmente un dolor abdominal obvio, se tornan irritables y decaídos; también, tienden a comer poco, lo que es sorprendente considerando que se muestran hambrientos. Los niños celíacos crecen por debajo de sus posibilidades y a veces detienen completamente el crecimiento; éste puede ser el único síntoma de celiaquía, no manifestando diarrea.
Los niños celíacos suelen presentar análisis de sangre anormales, en particular, un bajo recuento de glóbulos rojos (anemia) como resultado de la deficiencia de hierro y vitaminas; también se observa en rayos ‘X’ una descalcificación ósea, y un retraso general de crecimiento de los huesos.
Otro síntoma observado en adultos es la dermatitis herpetiformis (muy poco común en niños).
DIAGNÓSTICO:
Indefectiblemente, una biopsia de intestino es mandataria para la confirmación del diagnóstico, máxime teniendo en cuenta que una dieta libre de gluten debe seguirse de por vida como la única solución para el celíaco. Las muestras de la mucosa intestinal son analizadas para identificar o excluir la lesión típica de las vellosidades de los celíacos; en caso de haber daño en la mucosa se determina la magnitud del mismo graduándolo de 1 a 4, siendo el grado 4 el de mayor atrofia.
• La sospecha de celiaquía basada en síntomas, apariencia física, retraso del crecimiento, y análisis de sangre anormales.
• Biopsia intestinal que muestre la atrofia de las vellosidades típica de los celíacos.
• Una DEFINITIVA mejora con una dieta libre de gluten.
Por el momento, no existe un sustituto de la biopsia para decidir si se debe seguir o no una dieta libre de gluten. Una vez diagnosticada la enfermedad celíaca, debe iniciarse una dieta sin gluten que será continuada PARA SIEMPRE.
TRATAMIENTO:
Salvo en casos muy severos de diarrea o desnutrición (en donde el suministro de fluidos vía intravenosa y otras medidas deben ser tomadas), el único tratamiento necesario para el celíaco es la ABSOLUTA ELIMINACIÓN DE ALIMENTOS QUE CONTENGAN GLUTEN DE LA DIETA.
El amplio uso de granos con gluten en las culturas occidentales, hace que el seguimiento estricto de una dieta sin gluten sea todo un desafío. Para aquellos acostumbrados a preparar comidas sin restricciones, el buscar y cocinar con productos sin gluten puede resultar extraño y dificultoso al comienzo. Cambiar los hábitos alimenticios resultará más fácil utilizando recetas específicas para celíacos y productos sin gluten.
Los niños, que al principio pueden rechazar los nuevos hábitos, mostrarán una entusiasta aceptación a medida que los obvios beneficios de una dieta sin gluten aparezcan. Por ello, es importante no hacer sentir al celíaco (sobre todo los niños) como alguien anormal o problemático para el resto de la familia, lo que a menudo puede ser totalmente sin intención. A medida que el niño crece, aquel periodo de decaimiento de la salud puede ser olvidado, y, sumado a un entendible deseo de comodidad y superación (sobre todo en la adolescencia), pueden llevarlo a dejar la dieta estricta sin gluten. Lamentablemente, los síntomas externos pueden no aparecer simultáneamente con el daño intestinal, y esto puede dar la falsa sensación de seguridad y de haber abandonado la condición celíaca, cuando en realidad no es así.
«ACELA» (Asistencia al celíaco en Argentina)
Teléfono: 4292-6373 / 4811-4197
Fax: 4292-6373
Dirección postal: Casilla de Correo 5555 Correo Central, Buenos Aires, ARGENTINA
Internet: www.acela.org.ar
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