Es una enfermedad poco frecuente pero su manifestación en los seres humanos es muy seria y dolorosa. Es causada por una bacteria que ataca a la unión de los nervios con los músculos produciendo parálisis muscular. Generalmente se manifiesta de manera abrupta. Prevención: ¡cuidado con las latas de conservas que no sepamos su origen o creamos estén vencidas! ¡Lata hinchada…a la basura!
DESCRIPCIÓN:
Es una enfermedad poco frecuente pero muy seria. Es causada por la ingestión de la toxina que produce la bacteria Clostridium botulinum. El lugar de acción de esta toxina es a nivel de la unión de los nervios con los músculos: inhibe la liberación de un neurotransmisor y, al interrumpir la transmisión del impulso nervioso, produce parálisis muscular.
CAUSAS:
La ingestión de alimentos contaminados que contengan sustancias tóxicas producidas por la bacteria Clostridium botulinum (aun en cantidades mínimas). Esta bacteria forma esporas que pueden permanecer en estado latente durante mucho tiempo. Las fuentes más comunes de este tipo de contaminación son las conservas caseras, los pescados (especialmente crudo o ahumado), los vegetales, las frutas, lácteos, carne vacuna, los alimentos enlatados y los condimentos.
SÍNTOMAS:
Se manifiesta de manera abrupta: boca seca, dificultad para tragar y hablar, visión borrosa, caída de los párpados, pupilas que no se contraen con facilidad en presencia de luz; también puede haber náuseas, vómitos, retortijones abdominales, dificultades para hablar y tragar y debilidad en los músculos respiratorios.
DIAGNÓSTICO:
El médico basa el diagnóstico en función de los síntomas nerviosos y musculares. La toxina puede detectarse en sangre y en el alimento sospechoso. En el caso de botulismo infantil, también se realiza un coprocultivo (cultivo fecal) para aislar el Clostridium botulinum.
TRATAMIENTO:
A modo de prevención, conviene descartar aquellas conservas que muestren signos de encontrarse en mal estado. Si una persona contrajo la toxina botulínica debe acudir al médico, quien evaluará si efectúa un lavaje gástrico. Los problemas respiratorios son el mayor peligro del botulismo por lo que los signos vitales deben chequearse frecuentemente. La antitoxina botulínica no revierte el daño causado, pero detiene o retrasa el deterioro progresivo y permite que el cuerpo se recupere lentamente. Se requieren meses para recuperarse de esta enfermedad.