Hablar en vano, hacer las cosas para nada, sin ningún resultado.
En este caso, debemos hacer la advertencia de que cuando San Juan el Bautista predicaba en el desierto de Judea, lo acompañaba una inmensa muchedumbre que no sólo lo escuchaba y seguía sino que además, se hacía bautizar por él, con lo que queda descartada la idea de «predicar en vano».
Fuente: http://www.ciudad-real.es/varios/dichos/p.php