significa que algo que desde su origen estuvo mal planteado o concebido no podrá desarrollarse ni concluir bien.
En caso de que este refrán se use en referencia a una persona, significa que quien no ha sido educado correctamente en su infancia no tendrá posibilidades de cambiar su personalidad, su forma de ser o sus defectos en el futuro.
Entonces, el significado de este refrán implica, en algún punto, que las características originales de algo o alguien determinarán inevitablemente su destino, es decir: lo que nace torcido morirá torcido.
Por lo general, los refranes no deben ser interpretados de manera literal, sino de forma simbólica. En este caso, se utiliza la imagen de un árbol ya adulto con sus ramas que han crecido torcidas, lo que implica que, por más que intentemos enderezarlas a la fuerza, no podremos hacerlo, dado que lo más probable es que terminen por quebrarse.
Fuente: dudalia.com