Wearable

Wearable

El wearable es la tendencia de incorporar la tecnología en la expresión más próxima posible a la anatomía de uno, para llevarla con la máxima naturalidad, y aprovechar las herramientas que posibilita, proporcionando información a cada instante y facilitando tareas.

Integración tecnológica transformada en una necesidad absoluta

Perfil histórico
Aunque podríamos remontar el comienzo de la historia de los wearables al siglo XVII con los primeros relojes de pulsera (que se popularizaron a partir de principios del siglo XX), o bien al primer reloj-calculadora (un Pulsar de 1975), generalmente nos referiremos a los primeros relojes-ordenadores Timex Datalink de 1994, desarrollado con la colaboración de Microsoft y que podía conectarse a una computadora.
A finales de la misma década de los 2000 también salían al mercado las primeras gafas de realidad virtual (todavía muy toscas), y otras que permitían ver películas u otros contenidos, conectadas a una computadora, o bien como dispositivos autónomos.
Paralelamente, la carrera por conseguir un reloj inteligente continuaba, y el lanzamiento de la gama de Fossil-Abacus en 2003 suponía un espaldarazo que, no obstante, no conseguiría éxito comercial, pero establecería los rudimentos de los smartwatches modernos.
Esta gama de relojes inteligentes estaba equipada con un sistema operativo Palm OS, y su pantalla táctil se operaba a través de un puntero que se sacaba del cierre de la cadena, otorgándole un look&feel muy de gadget de película de James Bond.
Durante todo este tiempo, también se dieron experimentos con ropa, como la inclusión de emisores/receptores Bluetooth en prendas de vestir, pero sin ningún éxito comercial. Los relojes y las gafas parecían el objetivo perfecto para que el público general aceptara los dispositivos wearables. A partir de éste, se produjeron otros dispositivos que desempeñaban funciones accesorias al teléfono móvil, como el Sony Ericsson LiveView de 2010, que funcionaba como extensión de un teléfono Android de la misma compañía, aunque en 2009 Fitbit había lanzado su primera pulsera de actividad, un dispositivo que también sentaría las bases de los wearables modernos, palabra que empezaría a estar en boga poco después para referirse a la nueva categoría de dispositivos.
La gran explosión de los smartwatches vino entre 2012 y 2014, con nombres como el Samsung Galaxy Gear, o el Qualcom Tooq, y en 2013 Google lanzaba sus gafas inteligentes Google Glass, que había estado construyendo desde 2010 aproximadamente.

Características Wearable
Dejando de lado su evolución, podríamos definir un wearable moderno de la siguiente forma:
:: Dispone de un microprocesador de propósito general, lo que le permite ejecutar software con diferentes funcionalidades. También otros elementos sacados de la estructura de una computadora como memoria y almacenamiento.
:: Puede montar varios sensores, dependiendo del tipo de wearable, para que quiera utilizarse o la función que tenga en mente el fabricante, y su precio. Entre los más habituales, tenemos un podómetro, altímetro/profundímetro, o del ritmo cardíaco.
:: Para correr el software dispone de un sistema operativo más o menos elaborado. Este puede ser abierto, como en el caso de Android Wear, lo que permite al usuario incrementar la funcionalidad del dispositivo mediante la instalación de aplicaciones, o bien cerrado, como en el caso de la mayoría de las bandas de actividad, que no permiten la instalación de nuevas funcionalidades más allá de lo que el fabricante quiera mediante sucesivas actualizaciones.
:: Comunicaciones. Mediante Bluetooth generalmente, aunque también encontramos dispositivos que incluyen conectividad Wi-Fi y 3G/4G/5G.
:: Capacidad de interrelación con otros dispositivos electrónicos, normalmente smartphones pero también computadoras y tabletas. Principalmente para el intercambio de datos.
:: Facilidades para la interacción del usuario, ya sea mediante una pantalla multitáctil, por control de voz o, eventualmente, otros.

Ejemplos dentro de un amplio campo de aplicaciones
:: En el ámbito sanitario. Los auriculares Dash Pro de Bragi permiten a las personas con determinadas discapacidades auditivas, ajustar los auriculares para que emitan sonidos que, por ejemplo, cancelen pitidos que escuchan constantemente, o bien ayudan a que se escuchen mejor los sonidos del ruido ambiente.
:: En el ámbito práctico del día a día, los smartwatches nos permiten ver las notificaciones y el estado de ciertas aplicaciones de nuestro smartwatch sin tener que tomarlo en la mano, algo muy práctico cuando se está andando o en una reunión.
:: En la práctica deportiva, midiendo parámetros como distancia alcanzada, la velocidad a la que hemos llegado (media, punta), o calculando las calorías quemadas.
:: Informándonos. Podemos utilizar unas gafas inteligentes para ver un informativo de televisión mientras estamos en la playa, por ejemplo.
:: Para trabajar. Las mismas gafas inteligentes de antes, ahora pueden servirnos para ver un manual interactivo que nos permita arreglar una máquina, por ejemplo.
:: Para el ocio, siendo este uno de los campos tal vez más evidente. Por ejemplo, unas gafas de realidad virtual para jugar.
:: Para la cultura y el aprendizaje. Sin dejar nuestras gafas, podemos tener un entorno con un profesor virtual para aprender cualquier materia cuando y donde queramos.

Continuos avances advierten un futuro promisor
Con la miniaturización cada vez mayor de los dispositivos y el incremento de su potencia, el futuro de los wearables sólo puede tender a más y a mejor.
Algunos futurólogos elucubran un futuro sin smartphone, en el cual sea otro dispositivo (por ejemplo el smartwatch) el que actúe como computadora y teléfono, mediante el guiado por voz y conectándose ocasionalmente a otros dispositivos, como un monitor grande o un proyector para hacer las veces de televisor, o un monitor, teclado y ratón para trabajar como computadora.
La flexibilidad de las pantallas también hará que se adapten más a las formas del cuerpo.
Fuente: https://significado.com/wearable/