El que no llora, no mama…

El que no llora, no mama…

Frase porteña, difundida en todo el país, extraída del estribillo del célebre tango «Cambalache», de Enrique Santos Discépolo,

por la que se afirma que el hombre -al igual que los bebés, que tienen que llorar para indicar a su madre que tienen hambre- debe vivir reclamando lo que le pertenece. La frase termina diciendo… y el que no afana es un gil, en una velada crítica, no sabemos si a los que viven dignamente de su trabajo (¿gil?) o al que vive robando a los demás (¿el que afana?).

Fuente: http://www.ciudad-real.es/varios/dichos/e.php