La producción de semilla de bivalvos en criadero fue identificada por los científicos como la alternativa más eficaz para acelerar y fomentar el desarrollo de la actividad comercial a escala artesanal e industrial debido a que permite al productor planificar y asegurar su producción.
Sistemas de cultivo
Para cultivar ostras existen dos técnicas primordiales que se aplican en función de la región seleccionada para desarrollar el proyecto y las posibilidades ambientales que ofrezca. Para realizar el emprendimiento favorablemente en el sur de Buenos Aires, la bahía de san Antonio en Río Negro y la provincia de Chubut se apela al sistema de «sobreelevado», ya que son sectores que cuentan con una zona submareal idónea que no se descubre nunca o excepcionalmente entre cuatro y seis días al año. Y al mismo tiempo, están cubiertos por un volumen de agua moderado que le permite al productor trabajar con botes de madera elemental.
En el resto de la costa argentina se tiene que recurrir al «sistema de suspensión», consistente en un tendal que se extiende generalmente por debajo de la superficie en sentido horizontal al plano del agua, que es equilibrado por boyas y del cual son colgadas unas redes especiales denominadas «linternas» donde son alojadas las ostras.
Comercialización
Una vez finalizada la etapa de la cosecha se procede a cepillar las ostras y a colocarlas vivas en cajas de telgopor, divididas por capas de goma pluma embebida en agua de mar, papel o cartón, e incluso de algas.
Después que las ostras son depositadas en un vivero – piletas con aireación que están acondicionadas con agua de mar – para mantenerlas en stock y desde donde posteriormente serán distribuidas a restoranes o hipermercados, los moluscos son sometidos a diversos análisis por el SENASA, a fin de garantizar que no se presentan problemas de toxinas y que provengan de zonas donde el nivel bacteriológico sea aceptable.