La presentación de nuevos dispositivos trajo una sorpresa que la industria tecnológica tenía bajo la manga: el reemplazo de los clásicos cargadores por un nuevo sistema sin cables.
En 2010 se aprobó el estándar Qi para cargas eléctricas inalámbricas. De la mano del Wireless Power Consortium, integrado por gran cantidad de compañías de electrónica de consumo, la industria daba un paso gigantesco para comenzar a emplear esa tecnología en distintos productos.
Pero en los últimos años apenas hubieron algunos intentos aislados en torno a la recarga inalámbrica de baterías. Entre ellos se cuentan varios cargadores para un puñado de dispositivos compatibles.
¿Cómo funciona esta tecnología? “Sencillo”. Así como el Bluetooth y el Wi-Fi funcionan bajo un estándar establecido por la industria, Qi es el fruto de un acuerdo que las empresas del sector establecieron para la carga inalámbrica de baterías.
Es decir, que cualquier smartphone, cámara, MP3 o dispositivo que emplee hasta 5 vatios puede ser conectado a una base del mismo estándar y así funcionar.
Qi es el estándar de las cargas inductivas. Antes de que se formara el consorcio de empresas no todos los transmisores y receptores se diseñaban para funcionar juntos.
En la actualidad, con la carga inductiva Qi todos los dispositivos habilitados cuentan con bobinas que transmiten y reciben la misma frecuencia.
La carga inductiva es lo que ocurre cuando dos dispositivos -uno diseñado para emitir energía y otro para recibirla- entran en contacto directo y se transfieren energía entre sí.
Utilizando un campo electromagnético para trasmitir energía, las plataformas de carga pueden comunicarse recíprocamente de forma inteligente con los dispositivos que están cargando.
Al principio, un transmisor espera una señal procedente de un receptor que necesita energía. Cuando detecta un receptor, envía electricidad a través de una bobina de transmisión, creando un campo electromagnético con una frecuencia específica.
La bobina de recepción, diseñada para aceptar energía a esa frecuencia, convierte entonces esa energía en algo que todos necesitamos, más duración de la batería.
Cuando la batería del receptor está llena, la bobina de recepción le dice al transmisor que deje de enviar energía, diciéndole de hecho al trasmisor que se quede en modo de espera.