Si no quieres comprar calabazas de plástico o fieltro para adornar tu casa, siempre puedes ir al mercado para adquirir algunas calabazas de la frutería, y seguir el método tradicional celta: abriéndolas y modelándolas hasta crear rostros de miedo.
Es muy fácil hacerlo, sólo tienes que seguir estos pasos:
• Antes de tomar el cuchillo, será buena idea hacer unos bocetos a lápiz en un papel, que luego trasladaremos con un rotulador a la calabaza. Con un cuchillo pequeño, a ser posible de sierra, abriremos la calabaza por arriba, dándole cierta inclinación al borde, para que, después, la parte que hemos cortado nos sirva de tapa. Nos aseguraremos de que el agujero es lo suficientemente grande como para poder meter la mano dentro.
• Con una cuchara grande, quitaremos la carne y las pipas de la calabaza, dejando sólo unos pocos centímetros de grosor de pulpa. A la hora de hacer las secciones para la cara de la calabaza, cortaremos de menos a más (primero las piezas más pequeñas) y de dentro hacia afuera.
• Cortaremos siempre perpendicularmente a la cáscara de la calabaza. Si hay zonas que se resisten, es mejor retirar el cuchillo y volver a meterlo, ya que los cortes muy continuos pueden romper los dibujos más angulosos. Una vez cortado todo, empujaremos levemente las figuras cortadas desde fuera hacia el interior.
• Para terminar, cortamos un círculo en el fondo, asegurándonos de que es del mismo diámetro de la vela que llevará la calabaza en su interior. Podemos tapar la calabaza después, pero es conveniente hacer un pequeño agujero para que salga el humo de la vela.